¿Quieres ser un gran orador,
no perder la compostura y ganar una discusión? No siempre es fácil saber comportarse en una riña, pero si
te enfadas y no quieres que los demás se salga con la suya, hazlo con cabeza y
estate atento a lo que debes hacer para ser el rey de la palabra. Así conseguirás lo que deseas.
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Enfado por discusión |
Conoce lo que hablas
Hablar por hablar no
tiene fundamento alguno, debes conocer la temática para poder defenderte ante
cualquier réplica. Expláyate y siéntete cómodo y,
sobre todo, argumenta bien lo que dices. Si consideras que no estás preparado,
admite el error antes de cometerlo, porque pronto puede volverse todo en tu
contra... ¡y a ver cómo sales de ese
embrollo! ¡Qué no te pillen!
Analiza al "rival"
Cuando se mantiene una discusión,
la otra persona manifiesta una serie de signos
o señales que denotan cómo se siente o qué opina al respecto. Alegría, enfado, ira, duda... Debes
analizarlo para saber por dónde puede salir y cambiar el tono de tu voz o el trato cuando sea necesario. Mantener
la compostura es muy importante porque apaciguará la tensión.
Controla tus emociones
Templanza. Al igual que la otra persona expresa sus emociones, tú haces lo
mismo. Por ese motivo, debes tratar de controlarlo. No humilles al contrincante si le vas ganando ni le grites si vas
perdiendo, o no llegáis a un acuerdo. Todo esto solo propiciará un efecto
cadena con consecuencias devastadoras para ambas partes.
Aparenta
Si no tienes una mentalidad
abierta respecto a lo que se está debatiendo, al menos haz que lo parezca. Si la otra persona ve que al menos
haces un esfuerzo por comprender su postura, se mostrará menos agresiva y más
receptiva ante tus palabras. Por tanto,
suavizar la conversación no te ayuda solo a ganar, sino también a no perder.
Respeta al contrincante
Hay que saber perder,
pero también saber ganar. Todas las opiniones son
respetables, por ello, y ante todo, un
buen orador debe respetar al contrincante ni mucho menos llevar las discusiones
al terreno personal. De modo que cuando se haya zanjado la conversación, no eches
más leña al fuego sacando trapos sucios un tiempo después.
Por tanto, las claves del éxito se resumen en calma, conocimiento y respeto. Cada punto es clave y se debe buscar
un equilibrio entre todos. Leerlo es
fácil, pero quizá cuando te veas inmerso en la situación te cueste más llevarlo
a cabo, por ese mismo motivo te recomendamos dos gestos sencillos: uno, antes de actuar piensa bien lo que vas a
hacer o decir; y dos, reflexiona también sobre lo sucedido cuando
hayan pasado unas horas y todo esté calmado, tanto si ha sido para bien como
para mal.
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