Si acabas de volver de
vacaciones seguramente te cueste regresar y aclimatarte de nuevo a la rutina: madrugones, tráfico, jefe, reuniones, presión... ¡con lo bien que se estaba en la playa o en
el chiringuito! Ya has tenido tiempo para desconectar y, aunque sabemos que es difícil llevar bien el inicio
del trabajo, pero queremos ayudarte para que resulte lo más llevadero posible.
¡Atento a estos consejos para evitar el llamado síndrome post-vacacional!
Mentalidad positiva
Trata de adoptar una
aptitud positiva. Es mejor sonreír y hacer las
cosas de buena gana que entrar en la oficina de mal humor. Puedes contar a
todos tus compañeros lo bien que te lo has pasado o enseñarles el moreno, o
simplemente limitarte a pensar en la
suerte que tienes al tener un trabajo en los tiempos tan difíciles que corren.
Además, el día tiene muchas horas, en cuanto salgas podrás volver a disfrutar
del tiempo libre. Una cerveza
fresquita en una terraza puede ser una buena excusa para reunirte con tus
amigos y hablar de tus vacaciones;
esto además ayudará a tener una mentalidad más alegre.
Poco a poco
No está bien comenzar el primer día con mucho estrés, sino que hay que dosificarlo. Si desde el primer
instante estás al 100%, empezarás con un humor de perros, y eso no es bueno. La clave está en ir poco a poco, para que
tanto el cuerpo como la mente se vayan acostumbrando y haciéndose a la idea de
que hay que volver a trabajar. Si el trabajo se va incrementando de forma paulatina, la primera semana se pasará más
rápido. ¡Y cuando te quieras dar cuenta ya estarás sumergido de nuevo en la
rutina laboral!
Deporte
El deporte revitaliza el
cuerpo y la mente. ¿Has pensado en practicar un
poco de deporte cuando salgas de trabajar? Apúntate al gimnasio, sal a correr o
monta en bicicleta. La vuelta al trabajo después de las vacaciones puede ser
una excusa tan buena como los propósitos
de Año Nuevo. ¿Por qué esperar hasta entonces? Notarás los beneficios del
deporte rápidamente.
Trabaja para vivir, no vivas para trabajar
Para ti, ¿qué significa
trabajar? Piensa que trabajas para vivir, no que vives para trabajar. No eres un esclavo
del trabajo y, según cuál sea tu puesto, puedes desempeñar una actividad más o menos importante para la
sociedad. Además, y lo que quizá sea uno de los argumentos más
convincentes: trabajas para pagarte unas
vacaciones como de las que acabas de disfrutar. ¿Quieres volver a tener
unos días tan intensos y genuinos?
Ya sabes, la mejor receta es la actitud y que sepas tomártelo con
filosofía. Según como te lo tomes, tanto
dentro como fuera del trabajo, será más llevadero. Ahora toca volver, pero pronto será el turno de otras vacaciones o
días de descanso.
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